El pasado miércoles.
Dentro de este coctel de cultivo que han sido los Miércoles Itinerantes de Poesía en donde los caldos efervescentes hierven y destilan en diferentes sazones hay algo que llamó mi atención en la sesión del miércoles pasado y es ese sabor el que ahora me intriga el paladar de la escritura.
En términos deportivos y noticiosos hay dos tipos de espectadores, aquellos que están viendo en vivo el evento y aquellos que se distancian de él por medio de los medios digitales, para el caso de estos últimos el comentarista es una especie de frontera perceptiva entre el evento en vivo y los que están del otro lado de la pantalla. ¿Quién no ha visto, aunque sea por error, un partido de fútbol, de basquetbol, de fútbol americano, la lucha libre o el box o un noticiario? Al parecer nadie se escapa a este estigma. Habremos notado en esos breves segundos o gozosas temporadas de entretenimiento en esta percepción auditiva y/o visual del deporte o la noticia que aunque el evento tenga la emoción de un encuentro de golf o de la marcha del silencio, los comentaristas y periodistas hablan de él como si estuviera en estado de ebullición. Ergo el personaje que recopila cierta realidad parar transformarla en otra realidad a distancia es un catalizador.
Regresando a los Miércoles Itinerantes de Poesía, si bien carecen de la figura del comentarista-periodista se arroja sobre ellos una figura crítica que enarbola un impuesto-texto sobre las lecturas de poesía, esta aportación a-temporal, porque se realiza en espacios muy posteriores a la lectura, lleva en sus grafías el semblante aburrido y solemne que jerarquiza su postura [aclaración: se critica el texto no al escritor]
Mientras la física del espacio euclidiano nos provoca tropiezos eschereanos para no entender imágenes oximorónicas, la plasticidad de la escritura nos permite en el texto bajar la estructura de la escritura para elevarla un peldaño más. Descenderla es llevarla del parámetro vertical al horizontal. Descender el impuesto-texto crítico y arroparlo de comentarista pero sin perder sus funciones sería una práctica interesante.
Nuevamente el miércoles pasado sale a flote pues en él, casi como un evento súbito, se decidió que se reseñaría, comentaría y se propondría una crítica en tiempo real haciendo uso de los nuevos soportes tecnológicos, para este caso el Facebook fue la herramienta doble: distribución y construcción. Lo interesante es la estructura de la comunicación; en terrenos audiovisuales es la hibridación de la imagen [evento] y el sonido [evento y comentarista-voz] los que tallan la realidad del otro lado de pantalla; en términos auditivos es la voz-ambiente quien genera ese espacio, en el caso de la escritura es el sentido periodístico el que informa-genera la realidad o su sucedánea, entonces nos damos cuenta que no es novedad el asunto.
Es el soporte el que hace la diferencia, la estructura desde la cual está pensada la construcción de la escritura es la que modifica nuevamente el espacio que se quiere construir. La escritura pese a su sentido de construcción [andamiaje] pareciera estar en la vía opuesta de la arquitectura ya que esta se construye de abajo hacia arriba y el modelo [visual o narrativo] de la escritura es construida desde arriba hacia abajo. La escritura desde la que se construyó la apreciación en tiempo real de este miércoles estuvo montada en la economía del Facebook: esto es superponer escrituras de dimensiones acotadas y que permiten también los comentarios [los hubo] casi instantáneamente. Esta escritura crece arquitectónicamente de abajo hacia arriba sobre un horizonte inamovible. En el caso de la escritura-lectura a la que estamos habituados este horizonte siempre es móvil porque está montado en la vista [las manos en sistema Braille] y va de acuerdo a la línea del párrafo en que nos encontramos en ese momento dentro del texto.
El cambio de construcción para la escritura en el Facebook pareciera ser inocuo, pero ese giro, estoy seguro, tiene-tendrá un aporte-sacudida sobre los nuevos textos que noten este giro, la velocidad sería el primer síntoma. El caso de la "crítica" escrita desde este medio no puede ser mejor ejemplo. Sabemos bien que la crítica es fijeza, aunque no lo debiera, así en el sentido usual de la escritura, de arriba hacia abajo, va dejando limpios sus renglones de soberbios juicios; cuando crece de abajo hacia arriba va cubriendo-negando sus cimientos, burlándose quizá, de sus propios juicios contaminando lo impoluto de su mismo discurso. Esta es una nueva propuesta de crítica en donde los juicios van de súbito como la lectura. El nuevo texto fragmentado por el soporte está en la frontera del texto silente, la voz del autor, la escritura del receptor y las escrituras que de él se desprenden. Incluso el texto está siempre en una constante incorporación pues el sistema de los comentarios permite introducir líneas en ese discurso-texto. El autor del texto [crítico, comentarista o informativo] se desdibuja totalmente.
Las Seis Propuestas para el Próximo Milenio de Ítalo Calvino [Levedad, rapidez, exactitud, visibilidad, multiplicidad y consistencia] vienen a nuestro sustento en estas nuevas escrituras y nuevos soportes. El tiempo es real, lo irreal del tiempo es querer volverlo a construir mediante una nostálgica arqueología para el caso de la crítica - cosa que ya he escrito bastante. El tiempo pudiera ser más real si en él se involucran tiempos simultáneos en donde en donde la lectura casi como una onda de choque [expansiva] genera de inmediato otra escritura. Lo que nos cuestionaríamos en este caso no es la capacidad de reticencia pues para ello está el mismo texto fragmentado que se escribe sino la capacidad de hacer simultáneo el entendimiento, el enjuiciamiento y el proceso instantáneo de una nueva escritura, de no existir esa comunión todo el esfuerzo de proponer la simultaneidad terminaría en taquigrafía y eso la tecnología lo hace mejor.
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