Mañana esperaré tu nombre/en el anzuelo/del único incendio de mi vida. Esaú Corona.
Por Graciela Roque.
Este viernes, 5 de marzo, a las 19:00 horas, en el Centro de Espectáculos Plaza ubicado en Plaza de la Republica 127 A, Col Centro, Steelman, luchador profesional, comentarista del Torneo de poesía, y Andrés Cisneros de la Cruz, poeta y editor, presentaron el libro Versus El mar del poeta Esaú Corona, bajo la moderación de Adriana Tafoya, poeta y editora de Versodestierro.
El luchador y comentarista Steelman recordó que conoció al poeta Esaú Corona cuando fue invitado por primera vez para comentar el Torneo de poesía 2008: “me tocó ver una final de pronóstico reservado de Esaú Corona contra Leticia Luna, donde ambos gladiadores se enfrascaron en una lucha de variables estrategias”.
Steelman manifestó sobre el poemario Versus El mar, del poeta Esaú Corona: “cuando leí tus poemas me gustaron los matices que por medio de la poesía adentran en el inconsciente para cuestionar los sinsabores de la vida con un lenguaje tan fresco y bello que sólo un poeta puede lograr.”
El poeta y editor Andrés Cisneros, por su parte, declaró: “me da mucho gusto estar en esta velada por dos motivos: me siento orgulloso de haberlo publicado en Versodestierro, aparte de eso porque la primera vez que conocí su poesía, fue cuando vi su poesía escuchándola, no leyéndola y fue sobre el ring y lo que sucede en el ring es que el poeta logra con su poesía, en primera instancia, golpear, lograr meterte no sólo por su voz sonora sino por su palabra, en ese momento, conocí la poesía de Esaú y me di cuenta de que era bastante torturadora, se metía a fuerzas, el ring está pensado de una manera fuerte, luego te imaginas la violencia, tratas de encontrarte a los rudos, a los técnicos, sin embargo, la poesía de Esaú tenía esa lentitud, esa cadencia que siempre tiene, es ritual, en aquella final en la que se dividieron las porras y estuvo a punto de haber golpes entre las porras.”
Andrés Cisneros relató la anécdota de que encontró a Esaú, vendiendo libros en un bar del Centro Histórico cuando unas mujeres que estaban muy bien acompañadas lo hicieron leer un poema de Versus El mar, descubrió, en ese momento, que esa voz rítmica, es lo que escribe y concluyó: “cuando terminé de leer el poema sabía que era Esaú Corona quien había leído el poema y todas las familias que estaban compraron los poemarios de Esaú Corona, esta es la anécdota respecto a la lectura interior de Esaú.
También corre la anécdota de que, en realidad, el poemario no tenía que haberse llamado Versus El mar, me parece que es un nombre diferente aunque es complejo, el enfrentamiento contra el mar, que es lo que finalmente pudo haber rescatado a Esaú también.”
Cisneros, leyó su texto titulado Las membranas cambiantes del poema sobre Versus El mar:
Este primer libro de Esaú Corona es cómplice de su ritualidad, su sonoridad de fuego primigenio, nos recuerda la sensación de haber llegado del mar, de haber sido una minúscula bacteria en el cultivo del agua, y al mismo tiempo nos sumerge en la musicalidad del que emana, del valido, el crujido del viento y al mismo tiempo, la fricativa sorda que genera luz, sí es fricativo, ¿de qué modo el mar es aquí el monstruo de las mil máscaras, de los mil puños?, el mismo que se levanta y duerme todos los días con su solo ojo de luz primitiva.
¿Es acaso aquí el mar una especie de lobo libertades donde el hombre ha aguardado todas sus defensas?, de ser así Esaú se rebela contra esa masa obscura que ha formulado su estirpe, para deleitar, desde el recién viaje anuncia la destrucción de las cosas, la constricción de los actos, la conciencia intuitiva de que todo lo mastica el centro de este hoyo negro, donde se guarda cada tibio acto que formulen los que caminan de pie, los que caminan de noche, los que caminan se adentran, aseguran que eso no es una nube, no es una cámara de agua para dar forma a lo húmedamente alimento, no es una nube, no es ella, es la cámara fotográfica, este logos torturador de todas las imágenes es negativo para guardar su equivalente pero, muerto.
Es la cámara obscura, ese cuarto donde moldean el barro, Pigmaliones que al momento de su hechura buscarán a como de lugar atrapar la nube en un vasode polvo solar pero, allende la nube guardarla.
Luego se levanta el tornado, la enorme mano obscura y el pez está atrapado en la llama, el tigre en la grieta, la mano metida en el barrote liso, en el túnel que contiene la realidad absoluta que subyace en cada cosa que compone la flor y Esaú busca por dónde dar salida a esa palabra, busca como romper esa fórmula repetida mil veces, como levantar el grito y volverse hacia otra página limpia que ya no sea el sucio y raido papel.
No sabe como salir de este enorme puño que aprieta tanto que vuelve todo en tierra, esta noche mira hacía la orilla y descubre una variable, Esaú Corona se da cuenta de que el mar “ya no cabe en la palma su mano”, es hora de abrir los ojos, de mirar hacia adentro parece que se dice y en su arco de alquimia poética, vuelve al templo y lo libera en su ojo obscuro donde el mar es sólo la herida que se vuelve puerta, para ser posible, Corona no sólo está cansado de ser hombre como escribió alguna vez Neruda sino que, también, está convencido de que va a ser otra cosa no un hombre, ya no más un hombre, sino algo tan distinto como su mirada atónita ante el espejo, de ese mismo día, en el que todo cambia.
La poeta y editora Adriana Tafoya presentó a Esaú Corona como un poeta versus poeta e informó que actualmente trabaja en su próximo poemario El cuerpo y el tigre.
El poeta Esaú Corona leyó con una voz magnifica, fuerte, haciendo resonar fonema tras fonema, Esto no es una nube, Ensayo de tu nombre y un sinónimo. Cito algunos versos de su poema Esto no es una nube:
Las cosas cobran sentido: yo no soy todas las historias…//Cobran sentido: soy el pez que nada en la llama.//…/Escribiré la guerra por los nombres/y por la subsistencia sin gloria.// Cantaré el fuego de la sabiduría/ que es doble y es siamesa.//Cantaré al hermoso rostro/del poeta que/enmudeció hace tres décadas.// Cantaré feliz a la victoria/del hombre sobre el hombre.//Tengo una inmensa claridad/tras las palabras.
Se abrió una sesión de preguntas y respuestas. Los asistentes lo despidieron con una cálida ovación.
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