Por Graciela Roque
Este sábado 25 de junio de 2011, a las 20:00 horas, en el Fondo de Cultura Económica, Librería Rosario Castellanos (ubicada en Tamaulipas 202, Col. Condesa), los poetas Estephani Granda Lmadrid, Arturo Alvar y Wulfrano Arturo Luna presentaron la antología Memoria I. Adictos a la poesía (de Xalapa, Veracruz) bajo la moderación del poeta y editor Andrés Cardo.
En un foro habilitado entre los libros de la Librería Rosario Castellanos, un foro completamente lleno, con una audiencia animada que contó con la presencia de distinguidos poetas como Enrique González Rojo Artur y Roberto López Moreno, entre otros; el poeta y escritor Arturo Alvar leyó un ensayo breve, bello y cordial sobre la antología Memoria I, algunos comentarios:
“Lo confieso, los libros han sido mi vida (...) Me parecen importantes los libros para dar los giros necesarios de la vida, para darnos cuenta de lo que está en el exterior, cuando alzamos la vista, cuando queremos conocer a profundidad algo.(...) Pero sobre todo me gustan los libros de poesía, de preferencia recién cocinados en el horno de alguna editorial independiente y de éstos, los que son concebidos desde el quehacer colectivo”
“Por ese mismo vicio al que me entrego es que tengo en mis manos como una anforita la antología Adictos a la poesía publicada por Versodestierro (...) Pero no puedo echarle toda la culpa al vicio era antes del opio que mi alma ya estaba enferma como dice Fernando Pessoa. Al contrario, hay un dolor del alma que perturba y que sólo puede ser aliviado por un trago, una inhalada, el piquete de un verso que te provoque un pasón estético.”
“Los poetas que integran la antología Adictos a la poesía son capaces de eso, aunque lo suyo es propiamente una adicción, no un vicio. Es decir, una conducta, una actitud, un síntoma que a partir del propio malestar puede llegar a ser virtuoso, en este caso, si se busca alcanzar el don de la poesía, mientras que el camino del vicio sólo conduce hacia la perdición”
“La adicción a la poesía de los autores que integran esta antología no es dañina, todo lo contrario, los hace más fuertes como grupo, clarifica sus intereses y fortalece los vínculos literarios, en estrecho sentido con sus propias vidas. Otros poetas han pagado más caro estas sutiles pero decisivas diferencias, como los infrarrealistas (de una generación anterior), hambrientos y afiebrados, tan enfermos como los heterónimos de Pessoa, porque el infrarrealismo era para ellos un estado del alma mientras para el caso de los poetas que presentamos hoy, es la perdición de los sentidos, a la manera de los malditos, es decir, no su desaparición sino la disolución de las fronteras entre uno y otro lo que constituye un elemento de cohesión poética.”
Por su parte Estephani Granda Lamadrid completó la perspectiva sobre la antología leyendo un texto que fue un verdadero análisis de la obra, comentó que la antología Memoria I reúne a 13 autores y no sólo muestra los avances generales del colectivo sino que también da un breve panorama de la visión creativa que se desarrolla dentro de su territorio, de ellos nueve son poetas mujeres quienes intentan indagar en la condición femenina desde su experiencia vital.
Distinguió: “podemos ubicar tres ejes temáticos que comparten los trece autores:
“En un número mayor se encuentran los poetas que escriben sobre y desde lo erótico y amoroso, un ejemplo que se logra bien en la compilación es el soneto titulado Así no quiero, de Elvia Madrigal. Un ejemplo más lo tenemos con Para Mir escrito por Manuel Martínez. Caso particular el que se encuentra en la poeta Mirna Romero, cuyo canto va hacia la corporalidad, es decir, hay un juego constante en sus textos, desde lo sensorial (lo físico) hasta lo emocional, lo cual queda manifiesto en versos como: desnuda me reparto /habito y me desangro / en ciertas letras / te pido cantes / la canción que nos encierra / y evades con un beso.
“Por otro lado están los autores que buscan trascender en su trabajo lo emocional para dar paso a problemáticas sociales, y dar pauta a la reflexión. Un ejemplo contundente en el libro se puede encontrar en los poemas: Obrero de la construcción y Mirando bajo una gorra negra, de Mirna V. Viveros; y en los poemas Hermana política y Pregunta infantil, de Ma. Rosa Muñoz. Desde otro ángulo, pero en el mismo sentido crítico, encontramos al poeta Froylán Malpica, quien a lo largo de su sección nos sorprende con un buen manejo del ritmo, del vocabulario, y un poema sincero como el de R.I.P, cito: desde que te fuiste / nunca fue tan inválido el adjetivo / tan sojuzgado el verbo / tan vaga la oración / nunca el silencio tan oxidado en las venas / ni tanto sopor en el recuerdo /
“Finalmente, son los textos en que se describen escenas y paisajes cotidianos, donde podemos ver sin ningún esfuerzo los paisajes que circundan Xalapa.” “Wulfrano Arturo Luna, quien nos regala una verdadera estampa actual revitalizada en el texto titulado En la Carretera Perote-México; y otro magnífico viaje que se entrelaza con recuerdos de libros, cánticos y en dónde aparece Xalapa entre niebla confundida con otro bosque de niebla es el de Recorrido sin título, de Lucia Gorra.”
“Creo que un factor importante que debe ser considerado, no sólo por este colectivo, es el hecho, de la vital importancia de vincularse de manera activa; conocer la obra y el contexto de otros, que como ellos, se encuentran produciendo la poesía de hoy”.
“Como dice un verso de Artemio Ríos: No puede haber olvido / donde hubo memoria, por eso deseamos que en esta Memoria I no haya espacio para el olvido.”
Andrés Cardo dio a conocer los nombres de los integrantes del colectivo Adictos a la poesía: Alejandra Gutiérrez, Lorena Romero, Mirna V. Viveros, Angélica González, Manuel Martínez, Alicia Castillo, María Rosa Muñoz, Elvia Madrigal, Mirna Romero, Froylán Malpica, Artemio Ríos Rivera, Wulfrano Arturo Luna, Rosa Delia Caudillo y Lucia Gorra, entre otros. Poesía del colectivo aparece en la antología Cuarenta barcos de guerra, Mal de amores y editan la revista Abiert@.
El poeta Wulfrano Arturo comentó que el próximo martes el colectivo Adictos a la poesía de Xalapa cumplirán cinco años de estar trabajando, que les gusta experimentar también con música y apuestan a cambiar balas por versos.
Posteriormente, los poetas María Rosa Muñoz, Wulfrano Arturo Luna y Rosa Delia Caudillo leyeron poemas de su autoría y de los demás integrantes del colectivo, con fuerza, mesura y sentimiento.
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