Sí, la autoría del título esta vez esta en duda ¿recuerdas esa película Being John Malkovich y su túnel psicoanalítico en el piso 7.5? algo similar pasará con este texto. El enfoque corsario de este epítome amenaza la aritmética aún así esta aparente emulación se trata mas de una excepción, claro está, a la regla. La acepción consiste desplazar el juego dialéctico entre un poema y su crítica.
Supongamos que hay que trazar una posible vía de acceso para comprender o cuando menos escribir algo respetable en relación a 16 poetas, cada uno de ellos aportando 8 poemas lo cual es equivalente a 128 poemas. La intención es generar ciertos enlaces, así un poeta al ser referido a otro poeta tendría que leerlo y después juzgar si es o no valedero el parangón que a su vez podría compararse con un tercero, este con un cuarto que es referido nuevamente al primero, etc. De esta manera sería más serio el rastreo que provoca este texto que la apreciación del texto mismo
Ciertos textos que he hecho están en relación a las y los poetas que han participado leyendo su poesía en los Miércoles Itinerantes, la variable de mi participación ha consistido en proponer un texto crítico por sesión, ¿por qué habría una critica por sesión de lectura, cuál sería la reacción si se empezaran a mezclar las criticas propuestas a la poesía que en estos eventos se ha leído a favor de una confrontación, en el sentido más positivo, entre poetas y poéticas y al mismo tiempo despojar de su sentido riguroso a la crítica como instrumento-crisol? Por esta aparente posibilidad, no hay que pensar a la crítica como el único cuerpo de réferi, la función de este es proteger la integridad física de los adversarios y asegurar el cumplimiento de las reglas para el buen rumbo de la pelea, tampoco sería el caso de que la crítica fuera el juez de los puntajes y de los veredictos. Pensemos la posibilidad de una critica que también se sube al Ring.
Revisando las anteriores críticas que este servidor a escrito he notado un horrible parentesco entre las poéticas que se han abordado. Esto me pregunta ¿el panorama poético realmente es tan árido? ¿Estas lecturas convocan a poetas muy similares? o soy yo, pensando que mis recursos para montar una estrategia crítica son escasos, cosméticos e ininteligibles.
Si sumamos una regularidad de 4 poetas por lectura por las 12 sesiones que hubo, menos las dos sesiones en que no entregue mi intrigante perorata, menos las dos sesiones de las que aún no he escrito; hasta este párrafo suman 32 poetas, sumemos ahora los 16 poetas restantes de las últimas y maratónicas dos noches de lecturas, como buenos contadores al aplicar la sumadora tendremos un saldo de 48 poetas que escuchar. Ahora hay que multiplicar a esos 48 poetas por una media de lectura de 8 poemas por cada uno, 384 poemas. Plantear una estrategia escrita para abordar su poesía, ser medianamente críticos al respecto para bien y para mal, si es para mal tratando de no ensañarse al respecto con la diatriba, si es para bien sin elogiar demasiado y sólo bajo ciertos casos intentando aportar algo al poeta en turno; no es tarea sencilla, sino fuera porque este arduo trabajo se refleja cada quincena en mi nómina no entiendo como podría realizarlo.
Cuarenta y ocho poetas no son poca cosa. Pensemos ahora en los 16 de las dos últimas rondas y enfoquemos. Con 16 poetas se pueden hacer desde una antología respetable, uno o dos grupos, tal vez una generación. Con 16 personas también se puede lograr un equipo de futbol, tres suplentes para los respectivos cambios y dos aguadores. Si la crítica se sube al Ring sumamos 17, con eso podemos armar un equipo de voleibol, dos de baloncesto y un egocéntrico velocista. Los sicarios, en una ronda normal, se andarán aventando unos 17 asesinatos. ¿Verdad que no somos pocos? 17 también nos daría para hacer dos versiones de Alien, el Octavo Pasajero, más un extra por si algo falla.
El número 16 es la suma de los poetas de las dos últimas noches de lectura, en lugar de plantear sendos textos, prefiero el amasijo y condensar el resultado en un texto intermedio, entre el 11 y el 12. ¿A quién no le parecería seductor el puzzle poético? ¿no es así el juego de la Mafia? ?Acomodar según convenga en las vitrinas taxonómicas?
El acomodo menos sincero suele ser el más práctico, comencemos por el alfabético: Alejandro Zenteno, Alina Hernández, Arturo Alvar, Barbara Oaxaca, Daniel Carpinteyro, David H Rambo, Eduardo H. González, Erasmo Nava Espíritu, Inés Parra, Jaime Ortiz, Lucero Balcázar, Luis Ovidio Ríos, Pedro Emiliano, Ricardo Ríos, Sergio García Díaz y Víctor M. Muñoz. Si preponderamos en este texto escribir tantos nombres y sólo enumeramos a los y las poetas de acuerdo al orden alfabético del 1 al 16 siendo el 17 la crítica podemos simplificar la escritura.
Campos semánticos. 17 es amigo de 3, 13 y 16; 2, por motivos de ludopatía intelectual, tiene cuatro grabados del que simula ser 17; en una segunda ronda 17 es conocido de 4, 5, 11 y 15. Por otro lado 6 no demuestra censura en su entusiasta y asidua lectura del semanario en donde otros números que aquí no aparecen y 17 se encuentran en la nómina.
En términos poéticos quien mostró mayor contenido social han sido 1 y 4; 1 tiene una producción poética que experimenta en los soportes: del haiku al soneto; 4, apoyada en el verso libre expurga poemas de su libro Cascar áspero Canto cuya temática celebra a los obreros. Al finalizar su ronda, 4 cierra con un brillante e inédito poema de tintes pasionales. Con una voz muy cavernosa y domada en su profundidad, la lectura de 1 ataca por sorpresa a los oídos y a la razón con la profundidad de su poética de amplia carga histórica.
También con temática social es la poesía de 3,13 y 16, incluso sus posturas políticas son similares: centro izquierda, socialista y socialista-guadalupano a juzgar por los lectores, recuerden que este texto solo son atisbos. 16 trabaja mucho con el recuerdo, no es un recordar feliz sino una tristeza que llama desde lo personal. Victor Hugo en algún momento escribió, la melancolía es la felicidad de la tristeza; sólo de esta manera la poesía de 16 desborda felicidad, al mismo tiempo su identidad social es desde una periferia, el estrago de la traición ideológica entre los que lograron obtener algo y los que no, 16 afronta la segunda condición que implica al mismo tiempo una constante lucha, un deseo que es potencia-de-hacer en la medida que no se cumple.
El deseo al mismo tiempo es la proyección de un miedo, en 13, esta proyección conjuga un espacio místico con un espacio social, una lucha como hombre frente al mundo, sin imponerse solo con estar, con ser y ser o recordar que también fuimos animal y puro instinto.
Muy idealista es 3, su poesía puede entrar en la parte del deber-ser. La lucha que domestica al mundo se puede dar por hecha, la confrontación que en verdad lastima es la del hombre frente al hombre, la confrontación de clases recae en la historia y esta es un pivote desde el cual 3 construye su lectura de la fábula social.
EL tema de la ciudad es un acertado escenario para la poesía de corte social. Los poemas leídos por 7 y 9 transcurren entre la arquitectura de la urbe pero no tienen nada que ver con la poética propuesta por Maples Arce en su poemario Urbe. En 7 la arquitectura de la ciudad es una metáfora de la cárcel, un denso muro que oprime al pensamiento; en cambio en 9 la arquitectura de la ciudad pierde materia, se deslava y en ese fluido matérico fluyen también los sentimientos que su poesía atestigua y que sin duda tienen una gran influencia del Romanticismo Alemán, contrario a 7 en donde el muro es materia firme. Podría apostar que 7 conoce los grabados que Giovanni Battista Piranesi dedica a las cárceles, existe en ellos la misma evocación que surge de su poesía.
Otra forma de hacer enlaces es desde lo contiguo, por ejemplo, 2 al parecer llegó a la lectura con 6; 5 llegó solo; finalmente 5 y 6 [extraña secuencia] en cierto sentido y según el cálculo de 17, se reflejan. De una carga muy filosófica, casi metafísica son los poemas 5. Al hacer poesía filosófica hay que aligerar el léxico de los poemas porque el tema generalmente traba al poema, 5 tiene un buen eje de trabajo, su poesía va con el tono serio de su voz pero hay palabras que quizá tengan ya un desuso o que en el plano metafórico podrían cambiarse para dar más ligereza al poema. Ciertas palabras que usa 5 son acentos lingüísticos que distraen demasiado al escucha y que la falta de reticencia al respecto provoca la perdida de atención. Algo similar ocurre con 6; ejemplifico, la artista y feminista Carla Rippey [quien le asesora la tesis al # 17] después de 38 años de dejar Kansas City para vivir y trabajar en México, continúa con su acento gringo, de hecho varias personas suponemos que ya le sale el acento regional pero sigue usando el gringo como una estrategia de marketing, siempre es necesario verse y sentirse diferente. Grosso modo algo similar ocurre con 6 que no es filosófico pero sí es profundamente escatológico y de una poesía tipo red en donde la uniones de verso en verso no son dialécticas, duales, sino múltiples. Tanto 5 como 6 parten del cuerpo para ensayar lo externo, 5 en una especie de espacio físico y 6 en los boquetes, ausencias, del cuerpo. En ambos las metáforas tienen una agilidad para las imágenes que llega a ser complicado visualizarlas.
Otro campo semántico: 5, 6, 11, 15 y 17, todos ellos liderados por el maestro Felipe Gaytán, demuestran que no son aptos para vestirse bien. Por la edad 1, 4 , 8, 10, 14 denotan desde la vestimenta [saco, vestido, chalina y en algunos casos boina] si no la elegancia que casi nunca ha caracterizado al poeta por lo menos demuestran que son más experimentados y que desde el-bien-vestir empieza la competencia, de hecho 1, 8 y 14 llegaron a sus respectivas lecturas con elegantes acompañantes y hubo entre ellos quien hasta con fotógrafo profesional llego, como si leer esta vez fuera la última posibilidad de atestiguar lo poeta que se es. En cuanto 16 pisó la estética para aligerarle los años ya ha ido comprendiendo de que trata el business y llega más formal a sus lecturas, 3 tiene un lado [no tan] escondido que le hace tirar rostro en las presentaciones, 13 pese a la llegada en bicicleta no deja el saco en casa. Pensarás que este párrafo es el colmo de lo banal pero es una lástima que de ciertos poetas sea lo único que 17 puede escribir. Puede ser error de 17 la pérdida de atención total en las respectivas lecturas sumado a la falta de notas respecto de estos poetas; en el caso de 8 hay una crítica previa que otorga la total razón a 17 respecto a la inocua poesía de 8.
Del ancho de estas lecturas, de esos 48 poetas habrá algunos que son iceberg flotando por encima del media poética, algunos de ellos ya con cierta carrera y libros publicados que apuntalan su trabajo. El caso de 12 me parece peculiar porque a partir de una lectura nada sobada, sin sonsonetes, hace transitar sus poemas al sonido muy acertadamente, son poemas reflexivos …poeta que tiene razón pierde el juicio… que tienden hacia la brevedad. Es una poética un tanto nostálgica la suya, que busca en la cotidianidad un error o un resquicio verbal en donde amotinar palabras es enfrentar la misma poética. [nótese que una vez más 17 recae en la facilidad de apuntalar palabras que se vean bien juntas y con aparente significado trascendente para cubrir la falta de crítica].
También con una voz que es un imán de oídos, los poemas de 2 giran a partir de la identidad, comenzando por la familiar, de madre a hija, hasta la necesidad de contraer el pronombre sólo al nombre. En 2, la vinculación de la familiaridad tiene un sentido de queja a la misma trascendencia, una especie de traición que se hereda de padres a hijos y que no se puede detener. El cuerpo en su poesía en un destilador entre la procedencia y la descendencia, entre un mundo sórdido externo y un mundo interno que reclama su identidad.
En estas lecturas hubo maestros, aprendices, neófitos, retractores, anexados, invitados, indeseables, chismosos, mediocres y propuestas. Personas con dos o tres oficios, trabajando en actividades tan disímiles como el de ser poeta, hay quien puede pensar que ser poeta es lo disímil. El caso de 11 ejemplifica, aparte de ser poeta dirige su respectiva casa de cultura, es promotora y pintora. Cerró su lectura con poemas de su último libro; poemas en que lo lírico, lo hilarante y cierta pasión se unifican en un discurso femenino en donde 9 y 11 muestran afinidades.
También de múltiples ocupaciones es 15, dedicándose principalmente a la docencia y a la escritura, pese a oscilar en las edades de 1, 8, 10 y 14, su poesía es más actual, intermitente entre lo pícaro con poemas en donde el humor trastoca y en otros donde la añoranza cobra sitio principal en el discurso. En los poemas que 15 leyó hay un vértice que se enfila tenuemente hacia el lado social principalmente en los escenarios en donde se desarrollan sus historias, en este sentido existe una afinidad entre 15 y 16 por construir desde el entorno inmediato, posponiendo la idealización frente a la vivencia.
De este texto y los previos, propios y ajenos, ha ido la temporada de los Miércoles Itinerantes de Poesía que Verso Destierro ha organizado este año. Finalizo estas intervenciones críticas, después de escuchar algo así como 384 poemas e intentar ligaduras entre ellos, con una agilidad para la sordera inherente a la ciudad. Si el seguro médico que me han contratado cubre a la perfección el ánimo de la pasarela que del otro lado del micrófono ha desfilado y en estos textos se ha reflejado, posiblemente estemos listos para continuar la siguiente temporada con el arduo trabajo de criticar a los poetas pero principalmente a la crítica.
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