Propuesta de Etnairis Rivera, lo épico, social y erótico

(SDP, DF. 8 de agosto).-

Por Graciela Roque

El pasado 2 de agosto de 2011, a las 19:00 horas, la poeta, narradora, ensayista y catedrática puertorriqueña Etnairis Rivera realizó, previa entrañable presentación del poeta uruguayo –mexicano Saúl Ibargoyen, una lectura de su poesía en el Café Bar “Las Hormigas” de la Casa del Poeta Ramón López Velarde ubicada en Álvaro Obregón No. 73, Col. Roma.

El maestro poeta Saúl Ibargoyen expresó:
“Es cierto que para muchos autores su quehacer está vinculado con lo que podemos llamar, el otro lado de las cosas, con el ámbito de lo sagrado, creo que podríamos incluir la propuesta poética de Etnairis en esa tendencia que yo, de alguna manera también, comparto porque el espíritu de Etnairis, supongamos que el espíritu existe, es un espíritu humanista siento en mí y en ese espíritu cabe una elaboración constante de las propuestas filosóficas, religiosas, sociales, estéticas de todos los tiempos, si nosotros tomamos una lupa y nos ponemos a escarbar no solamente los versos sino lo que hay entre los versos, lo que no se dice, los silencios que son tan esenciales en la poesía, podemos percibir esas resonancias que yo le llamó influencias porque ya forma parte del propio caudal y por lo pronto espiritual de la autora.”

Señaló lo épico, lo social y lo erótico-amoroso como las tres tendencias más importantes de los diez o doce libros que ha publicado la autora:

“Aprecio una tendencia a la poesía épica que se ha dado en América Latina a partir de la Araucana de Ercilla, pasando por el Canto General de Neruda, los grandes poemas de Ernesto Cardenal, el Martín Fierro de José Hernández por mencionar sólo algunos, o sea que este pequeño libro (Pachamamapa Taki) donde late un mundo latinoamericano, sudamericano, el altiplano de Sudamérica este libro publicado en 1976, se agrega a esa tradición que es el resultado de la experiencia que también tuvieron esos autores mencionados que vincularon la palabra poética con la tierra, con las montañas, con los ríos y por supuesto con muchos de los habitantes de esa tierra en diferentes momentos históricos, porque no es habitual que en esto de lo escrito por mujeres, no la poesía femenina sino en la poesía escrita por mujeres se de un tono épico de esta altura, particularmente si vemos que este libro se publicó en 1976, los poemas fueron escritos entre 1974 y 1975.”

“Otra es la tendencia que tiene que ver con lo social, en el libro Intervenidos donde aparecen de una manera explicita las preocupaciones sociales de la autora, que también hemos percibido en otros poemas de autores puertorriqueños y otra línea, aunque también debe haber más tendencias, es el libro donde ubica lo erótico-amoroso, no lo erótico-sexual, de tal manera que la autora va en busca de lo trascendente pero, con minúscula, es decir, lo humano cotidiano que hay está la mayor trascendencia: en la vida y las vueltas de cada día.”

La poeta Etnaniris Rivera manifestó que Los pájaros de la diosa era su libro más reciente pero, ya no lo es, ya que su libro: Ariadna del agua que trata sobre el mito griego, salió hace dos días en San Juan de Puerto Rico. También comentó que su poesía amorosa está marcada por la conciencia de la temporalidad, la fugacidad.

La autora cautivó a los asistentes con su personalidad abierta y jovial, su voz cálida, fuerte y clara sabiamente trabajada para entregar una multiplicidad de tonos y acentos durante la lectura de poemas de algunos de sus libros: El viaje de los besos, Memorias de un poema y su manzana, Pachamamapa Taki, Intervenidos, Ariadna del agua.

El poema Saudade fue uno de sus poemas seleccionados para ser degustados acústicamente en la velada literaria.

Este poema no es para él/no es para ninguno de los desmemoriados/amores de un rato/que me acompañaron./Se lo debo a la vida, a los pájaros/que cruzan al ras de mi cabeza,/a la diosa/que protege mis caminos y mis células/del atrevimiento y la tristeza/para que no se desordenen ante el desamor./Lo escribo a la orilla del mar/que me fecunda, me abraza,/intenta ahogarme, me inunda, me olvida,/me perdona, me sana,/por el que entra saudade./Se parece a él, pero no lo es./Tiene nombre divino por estas latitudes./Se lo debo a la costa donde medito lo que fue/y al volcán donde fue./Este poema es para el momento/en que el amor viene.