Reforma 226 bis

Esto no es otra locura numérica. La reforma 226 bis en una iniciativa de ley que se ha estado promoviendo entre los diferentes representantes del ámbito cultural mexicano junto a la Comisión de Cultura de la LXI Legislatura presidida por la diputada panista Kenia López Rabadán. También ha tenido un lugar importante en este foro Stasia de la Garza, coordinadora de la Comisión Nacional de Literatura por parte del INBAL.

A mediados de la semana pasada se han realizado mesas de trabajo en el Palacio Legislativo con el fin de presentar una reforma al artículo 226, la cual consiste en emular las reformas que en 2005 y 2010 lograron que la Iniciativa Privada que así lo quisiera donara parte de su ISR, 10% por ejercicio fiscal, a la creación, fomento y divulgación de la industria fílmica y teatral mexicanas. Las reformas ayudaron a que la industria fílmica mexicana pasara de 10 a más de 70 películas anuales [sin especificar si albergan una propuesta o su apuesta es por el entretenimiento] aunque, sin caricaturizar, esto sólo signifique el 5% de los 165 millones de boletos que se venden anualmente en México.

La reforma 226 bis ayudaría a tres sectores siendo el principal la sociedad porque tendría más opciones culturales lo cual no implica que las consuma, los artistas en tanto productores culturales y la Iniciativa Privada desglosando impuestos además de contribuir al desarrollo de cultura de la misma manera que el artista contribuye en la Iniciativa Privada en cuanto a Empresa Socialmente Responsable.

Al parecer, según asistentes previos, a la primera mesa de trabajo sólo fueron invitados varios directores de museos de México hasta que surgió el reclamo de que en este país los Museos y el Arte no sólo están en relación a la Pintura y la Escultura. EL reclamo generó que a la segunda mesa de trabajo llegaran representantes de varias asociaciones civiles y de otras áreas artísticas: Ana Elena Mallet representando a las Artes Plásticas y Visuales; Cecilia Lugo, representante del gremio de Danza; Marcial Fernandez, no queda claro si representando al gremio Literario o a las Editoriales Independientes; y Armando Manzanero representando al gremio musical.

El caso de la Literatura ejemplifica lo complicado de esta propuesta ya que para ser posibles beneficiarios de este estimulo económico sólo se necesita conformar una A.C; en el caso literario sería la AEMI. Incluso cuando queden conformadas las respectivas A.C. no es límpido qué tanto porcentaje se destina para proyectos independientes y que tanto a proyectos institucionales, el caso más complicado sería el de las Artes Plásticas y Visuales ya que implica grandes museos no gubernamentales, más de 500 a nivel nacional comenta Carlos Phillips Olmedo, director del Museo Dolores Olmedo y representante de los museos no gubernamentales de México. ¿Cómo valorar proyectos representados por este tipo de instituciones, que pueden incluso ser galerías, frente a proyectos más comunitarios, alejados de un epicentro artístico o incluso los proyectos colaterales que no van de acuerdo a cierta línea estética-ideológica? Aunque, eso sí, la reforma pone énfasis en que serían beneficiadas las micro, pequeñas y medianas empresas culturales en México.

También queda por definir cual es el criterio para valuar que sí es independiente y que no lo es, tomando en cuenta que una vez recibido el posible estímulo económico el adjetivo Independiente quedaría en entredicho, ¿domado? ¿serán mis malos pensamientos los que me hacen escribir que cuando el arte ya esta domesticado es que puede entrar a la casa grande para que no haga desmanes? Tampoco queda claro cómo volver horizontal el criterio de la Iniciativa Privada para que en verdad sean tomados en cuenta todos los proyectos y no sólo los que vayan de la mano con la misiones y valores de facto o explícitos de la Iniciativa Privada en turno. Finalmente detrás de todo ese dinero hay un grupo de empresarios que se dedican a esta actividad no por su amplio criterio filantrópico.

La reforma 226 bis tiene el interés de generar incentivos fiscales a la Iniciativa Privada que quiera aportar parte de su ISR al del desarrollo de proyectos artísticos los cuales se dividen en 6 áreas: Artes Plásticas y Visuales, Arquitectura, Danza, Música, Literatura y Teatro; el Cine queda exento porque el articulo 226 esta totalmente diseñado para esta área. A estos rubros se tendría que anexar el rescate y conservación de las expresiones artísticas antes apuntadas ¿que valdría producirlas si no con-llevan su conservación como documentos de una temporalidad o la conservación de las manifestaciones previas? de igual manera la conservación de archivos fotográficos, sonoros, fílmicos, bibliotecas, mapotecas, etc; también se podría estimular el trabajo artesanal el cual, no se nos olvide, también es una expresión artística, en este caso sería paralelo al Fonart que es atendido por el Gobierno Federal quien también tiene a su cargo los financiamientos del FONCA.

Para el total de los seis rubros que sí están contemplados, se plantean destinar 600 millones de pesos anuales, tocando a cada área 50 de esos millones. Por cada área se plantean seleccionar 25 proyectos por ciclo fiscal tocando a cada uno de ellos el máximo posible de 2 millones de pesos para efectuar el mismo proyecto; lo que no aclara la reforma es si a cada proyecto se le asignará el máximo posible de ingresos [2 millones] o si es posible hacer un reajuste presupuestal con el fin de abarcar más propuestas, por ejemplo un millón por proyecto pensando en que si es redituable podría continuar en el siguiente ejercicio fiscal, situación que tampoco queda clara.

La evaluación de proyectos quedaría a cargo de una triada, un representante del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), uno del INBAL y uno de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP); este último presidirá dicho comité y tendrá un voto de calidad. Ello con la asesoría de especialistas o creadores de cada una de las materias. Cita de Marcial Fernandez del texto publicado en El Economista, 18-sep-2011, [eleconomista.com.mx/entretenimiento/2011/09/18/reforma-articulo-226-bis-isr]

El Aéra de las Artes Plásticas y Visuales, representada e impulsada por la Curadora Independiente Ana Elena Mallet, va más adelantado en las especificaciones de su ramo, empezando por definir que son las artes plásticas y visuales: pintura, escultura, grabado, dibujo, fotografía, video, instalación, entre otras. En este rubro se integran también las llamadas artes aplicadas es decir, diseño gráfico, diseño industrial, diseño de moda y los oficios artísticos múltiples, entre algunos otros. Merece la pena señalar, sobre todo, que algunas prácticas transdisciplinarias actuales, consideradas también dentro de las artes visuales incluyen el sonido o las piezas con sonido aún cuando carezcan de soporte material manufacturado. Los discursos y peticiones que se han planteado desde esta área aclaran el por qué es necesario este incentivo económico visto desde la producción en tanto economía motriz y su repercusión en la sociedad como productor de cultura. Los avances de esta área se puede ver en el blog apoyo226alarte.wordpress.com

Marcial Fernandez, director de la Editorial Ficticia, en su ponencia hizo referencia a la AEMI y los 16 o 17 sellos que la conforman como ejemplos de editoriales que desde el sector independiente están promoviendo la cultura por medio de la lectura, con todo el centrismo que ello con-lleva. Citó, Marcial, a la pasada II Feria del Libro Independiente en la librería Rosario Castellanos como un encuentro de los mejores proyectos editoriales principalmente de Oaxaca, Guadalajara, Tijuana y DF [nótese que salvo Tijuana, los otros tres espacios son cedes de Ferias de Libro Internacionales] La pasada II Feria de Editoriales Independientes reunió a 60 sellos, se estima hay alrededor de 40 casas editoras de carácter independiente, sobre todo en el interior del país, que por falta de infraestructura no pudieron asistir al encuentro que, de manera contundente, no dejó dudas sobre la diversidad y calidad de la producción literaria del país. [www.eluniversal.com.mx/notas/796620.html]
En la misma ponencia, Marcial, definió el carácter de las Editoriales Independientes: Son libros de Literatura y Artes; apuestan por obras noveles dando a conocer los primeros trabajos de los futuros Alfonso Reyes, Inés Arredondo, Juan Rulfo u Octavio Paz; son editoriales que apuestan al futuro y no al inmediato espacio del reditúo económico; las que no son absorbidas por empresas internacionales y finalmente son las que promueven el español que se habla y se escribe en nuestro país, México, lo que viene a fortalecer de manera decisiva la identidad idiomática de esta nación, que es la piedra fundamental de nuestro ser independientes, culturalmente hablando.

Pensando que la Literatura queda más allá del soporte editorial pero que este finalmente es la forma de registro más inmediata y es de lo que se trata el negocio de esta industria, este sector debería de involucrar encuentros literarios, mesas, coloquios, ponencias, festivales, simposium, etc. o apoyar a los que ya se están haciendo para que tengan mayor difusión en tanto Literatura y problemáticas en torno, mismo ejemplo para los otras áreas artísticas. ¿De qué sirve un estímulo para producir en términos de industria, si se olvidan, porque ningún ponente lo menciono, proyectos de discusión y encuentro que permitan mejorar o ampliar los horizontes de esa misma industria en tanto productora de X arte y llevarlo a la sociedad con un vínculo más fuerte al grado de generar su consumo? En términos culturales, es decir sociales, cuál es la diferencia entre producir con o sin incentivo económico si de cualquier forma no existe el interés en un diálogo crítico que interfiera directamente sobre la producción de acuerdo a necesidades mixtas y no sólo de laboratorio-taller.

Es obvio que no son becas, son incentivos para industrias artísticas que a su vez generan fuentes trabajo traducido en derrama económica y un producto cultural, pero ¿por qué no profesionalizarlo, como insistieron en mesas de trabajo quienes enunciaron que el incentivo económico profesionalizaría estas expresiones artísticas? Una posible discusión de la reforma 226 bis es sobre el apoyo económico, si este es directo a la producción-industria o a los contenidos y formas que cada arte adopta para generarse y a su vez generar una industria de ese mismo arte.

Continuando con la profesionalización. La diputada del PRI, Beatriz Paredes, quien al parecer competirá por el GDF en las siguientes elecciones, con una postura más sensible en torno a los artistas, pues ella misma es compositora y poeta al tiempo que su hermano, Alejandro Pelayo, es cineasta; es la primera en apuntar que el artista vive en tiempos diferentes, trasciende la temporalidad por medio de una emoción estética. Los aportes de Beatriz Paredes a la cultura son amplios, quizá no hay duda de ello, lo que deja con cierto descontento y que al finalizar fue ampliamente aplaudido es su postura de que el apoyo económico invertirá en la verdadera cultura y en el verdadero arte, dejando de lado el arte de la cotidianidad.

Los que mueven la economía vuelven a ser los jueces, o mejor dicho, siguen siendo pues nunca lo han dejado de ser. Cada quien ve el mundo con lo cerrado de su retina, aplica también para esta columna. Hay quien ve la reforma 226 bis como un ejercicio de poder en donde se demarcarán las estéticas, las poéticas y las ideologías dominantes, ni siquiera es necesaria la praxis para saber que existe un alto porcentaje de que así ocurra. Habrá quien lea en la misma propuesta que el incentivo económico es la única forma que permite el desarrollo del arte, que nos mantenga el papa gobierno porque como dice la cultura popular sin padre no hay no madres. Otros verán esto como un coletazo político o como una moral que reforma de acuerdo al muy cantado ¡Más arte, menos violencia! que tantas veces fue pronunciado en la sesión. Puede ser vista también como una forma de lavar arte o lavar dinero. En este mundo de subjetividades, más en el arte, cada objeto y cada idea se vuelve caleidoscopico.

La reforma 226, por todo lo que gira alrededor, por ser política, es algo más que una reforma, sería una reforma directamente a la idea de arte. Por otro lado sólo es una reforma y de aprobarse quien la quiera tomar pondrá su proyecto a dictamen. A quien no le interese seguramente inventará sus propias herramientas de acuerdo a las necesidades de su proyecto, no en vano existe el epitome de Homo Faber.



en lunes, agosto 15, 2011